Conocí a la pareja que trabajaba como voluntaria en un Centro de Tratamiento del Cáncer. Fue entonces cuando la Sra. Martha me contó su historia y me confió que el diagnóstico de cáncer era el momento más difícil de su vida.

 

Poco después del diagnóstico, la pareja durmió y se despertó pensando en el cáncer. Tenían miedo de la enfermedad, del tratamiento y del futuro.

 

La Sra. Martha me dijo que fue un momento de gran angustia. Tenía a sus hijos gemelos que se estaban preparando para ir a la universidad. Todo esto no podía estar sucediendo en ese momento. Su esposo estaba trabajando duro para pagar la hipoteca y los estudios de los niños.

 

Todo lo que era importante para la familia se convirtió en irrelevante para la enfermedad.

 

El Sr. Jonathan me dijo que toda la familia se reunió alrededor de la mesa y habló mucho. Todos juntos lucharían contra el cáncer. La Sra. Martha no estaría sola en esta batalla.

 

Sus hijos fueron a trabajar para que su padre pudiera acompañar a su madre al Centro de Tratamiento del Cáncer, para que el Sr. Jonathan tuviera más tiempo para estar con su esposa en las sesiones de quimioterapia, que comenzaron justo después de la cirugía de mastectomía.

 

El Sr. Jonathan me dijo con cierto orgullo que estaba del lado de su esposa durante todo el tratamiento. Esto fortaleció mucho su relación. Incluso en los momentos más difíciles, cuando la Sra. Martha tuvo depresión porque pensó que no lo lograría, o porque se sintió enojada porque había sido tocada por la enfermedad a una edad tan temprana. Su marido nunca se apartó de ella.

 

La Sra. Martha perdió su pecho derecho, que fue reconstruido. Perdió el pelo, que le volvió a crecer. En muchos momentos perdió el optimismo. Sin embargo, nunca perdió la voluntad de curarse a sí misma.

La Sra. Martha nunca consideró dejar el tratamiento. Nunca se perdió una sesión de quimioterapia. Siempre con su marido a su lado, tomándola de la mano.

 

Sus hijos y su esposo fueron un apoyo clave de la Sra. Martha durante el tratamiento del cáncer.

 

Después de un largo proceso de tratamiento, e incluso con seguimientos periódicos para monitorear la enfermedad, la Sra. Martha se siente renovada por la oportunidad que tuvo de luchar contra el cáncer y ganar. Ella fue la vencedora.

Durante estos 25 años, la pareja ha visitado periódicamente el Centro de Tratamiento del Cáncer. Después del tratamiento, la pareja pasa su tiempo junto a los otros pacientes, como voluntarios, dando todo el apoyo emocional y contando su historia de superación, a los pacientes que no tienen la misma suerte de tener una familia que los apoye.

 

Sus hijos regresaron a la escuela después de que la Sra. Marta terminó su tratamiento, incluso uno de ellos fue a la escuela de medicina y trabaja en ese Centro de Tratamiento del Cáncer.

 

Conocer a esta pareja fue una experiencia muy positiva.

 

Hay muchos voluntarios como ellos, que han enfrentado la enfermedad y la han superado. Hoy están curados y buscan dar todo el apoyo a los pacientes aún en tratamiento, compartiendo sus experiencias personales.

 

La Sra. Martha ha demostrado que es posible superar el cáncer y ha ayudado a muchos pacientes con su historia de vida.

 

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