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Crizotinib: desarrollo y avances en el tratamiento del cáncer de pulmón

POR MARCIO ALVAREZ-SILVA

El progreso de las nuevas terapias en la lucha contra el cáncer suele ser más lento de lo esperado por la sociedad, ya que requiere inversiones a largo plazo en investigación básica para insertar en la terapia fármacos dirigidos contra la enfermedad. Este proceso requiere una extensa investigación científica y ensayos clínicos que toman años para establecer tratamientos más seguros y efectivos.

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El desarrollo de una nueva terapia, como un nuevo procedimiento o medicamento, toma muchos años antes de que sea clínicamente seguro también para los pacientes. Debemos tener en cuenta que un paciente puede estar significativamente afectado por la enfermedad y, por lo tanto, cualquier medicamento que se administre debe haber sido sometido a pruebas exhaustivas para que sea lo más eficaz posible y, al mismo tiempo, minimizar en la medida de lo posible cualquier efecto adverso.

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El largo retraso en el desarrollo de medicamentos más eficaces contra el cáncer puede afligir a los pacientes que tienen urgencia en su tratamiento. Sin embargo, en los últimos años, se han desarrollado algunos medicamentos específicos para las mutaciones que inducen la progresión del tumor, haciendo que el tratamiento de los pacientes sea más específico y minimizando los efectos secundarios.


Un ejemplo es el desarrollo de un fármaco dirigido contra mutaciones específicas en células neoplásicas que fue la evolución de la terapia con crizotinib, el inhibidor de la linfoma quinasa anaplásica (ALK).

Estructura 2D de crizotinib

Fuente: PubChem

La ALK fue descubierta en 1994 como una fusión en la translocación cromosómica t(2;5) en el linfoma anaplásico de células grandes (ALCL), que ocurre en la mayoría de los linfomas anaplásicos de células no Hodgkin, de los cuales la ALK recibió el nombre[1]. Este estudio demostró la fusión del gen nucleofosmina nucleolar (NPM), en el cromosoma 5q35, con un gen de la proteína tirosina cinasa ALK, en el cromosoma 2p23. La ALK codifica un receptor de tirosina cinasa, y su expresión en los humanos se limita al sistema nervioso, los testículos, el intestino delgado y los pericitos dispersos. Su nivel de expresión es inusualmente alto en la fase neonatal, lo que implica un papel esencial en el desarrollo[2]. 

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Las proteínas de fusión con ALK, que el dominio de la quinasa de ALK se fusiona con la porción amino-terminal de varias proteínas, han sido descritas en numerosos cánceres: linfoma anaplásico de células grandes, tumor miofibroblástico inflamatorio, linfoma difuso de células B grandes, cáncer de pulmón no microcítico (NSCLC), carcinoma renal medular, carcinoma de células renales, cáncer de mama, carcinoma de colon, carcinoma ovárico seroso y carcinoma de células escamosas esofágicas. También se detectaron mutaciones en la ALK descrita en el NSCLC, tumor miofibroblástico inflamatorio, cáncer anaplásico de tiroides y en el neuroblastoma[3, 4].

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El cáncer de pulmón es la neoplasia maligna más comúnmente diagnosticada y la principal causa de muerte por cáncer en los hombres de todo el mundo. En los Estados Unidos, cada año mueren más pacientes de cáncer de pulmón que de cáncer de próstata, de mama y de colon combinados[5]. El cáncer de pulmón representó el 11,6%, o 2.093.876 de todos los casos de cáncer en todo el mundo en ambos sexos, causando el 18,4%, o 1.761.007 de todas las muertes relacionadas con la enfermedad en 2018[6]. Por lo tanto, el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para hacer frente a la enfermedad es fundamental. 

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El cáncer de pulmón se puede clasificar histológicamente en dos grupos principales: el cáncer de pulmón no microcítico (NSCLC) y el cáncer de pulmón microcítico (SCLC), que representan el 85% y el 15% de los casos de cáncer de pulmón, respectivamente. El NSCLC se divide a su vez en tres subgrupos diferentes: carcinoma de células escamosas, adenocarcinoma y carcinoma de células grandes[7]. Generalmente, los pacientes con NSCLC son diagnosticados con la enfermedad en estadios avanzados, y el tiempo medio de supervivencia después del diagnóstico suele ser inferior a un año[8], se asocia con una tasa de supervivencia de sólo el 22% con el tratamiento de quimioterapia convencional.

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Varias alteraciones genómicas juegan un papel esencial en la progresión tumoral del NSCLC: receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), KRAS, BRAF y MET, ALK y ROS1[9]. La mayoría de los pacientes con NSCLC con expresión modificada de ALK son generalmente más jóvenes, y las células tienen histología de adenocarcinoma, por lo que presentan una condición clínica severa, ya que la enfermedad se diagnostica frecuentemente en estadios avanzados, lo que dificulta un enfoque terapéutico práctico.

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El crizotinib es un inhibidor del receptor de tirosina cinasa de uso oral desarrollado en 2007 por Pfizer, Laboratorios La Jolla. El crizotinib se desarrolló inicialmente como un inhibidor selectivo dirigido al factor de crecimiento de la transición mesenquimal-epitelial (c-MET)[10]. Sin embargo, es ampliamente activa en varias dianas terapéuticas, incluyendo ALK, Hepatocyte Growth Factor Receptor (HGFR, c-Met), Recepteur d'Origine Nantais (RON), y ROS1[11, 12]. 

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El crizotinib fue aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para el tratamiento de primera línea de la enfermedad avanzada NSCLC positivo para la mutación ALK en 2013 y aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para la misma indicación en noviembre de 2015. Desde su descubrimiento, el crizotinib entró en los estudios clínicos de fase I que informaron el 72% de la supervivencia libre de progresión tumoral, con una respuesta general del 57% en el NSCLC positivo para ALK[13]. Los alentadores resultados pronto permitieron ampliar el uso del crizotinib como fármaco terapéutico específico para los pacientes con NSCLC. La FDA había aprobado inicialmente el uso del medicamento para los pacientes de NSCLC con mutaciones ALK; la nueva aprobación también incluía a los pacientes con mutaciones del gen ROS1, que también se encuentran en NSCLC. Los ensayos clínicos demostraron que entre los pacientes con mutaciones del gen ROS1, el 6% tuvo una respuesta completa, el 66% tuvo una respuesta parcial y el 18% tuvo una enfermedad estable como su mejor respuesta. La tasa de respuesta global fue del 72%, lo que es un resultado muy positivo[14]. 

 

El crizotinib se tolera bien y produce mejoras significativas en la eficacia y la calidad de vida de los pacientes no tratados o tratados previamente con quimioterapia convencional. El descubrimiento de los reordenamientos del gen ALK y ROS1 en la progresión del NSCLC y el desarrollo del crizotinib como fármaco específico han transformado enormemente el panorama del tratamiento avanzado con NSCLC y han allanado el camino para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas. 


El desarrollo del crizotinib fue un avance significativo en las terapias específicas para el cáncer de primera generación. Con el progreso de la investigación, nuevas moléculas inhibidoras de ALK y otras tirosinasas están siendo investigadas, aumentando las posibilidades terapéuticas para el tratamiento de NSCLC y otros cánceres. El ceritinib fue el inhibidor de la tirosina cinasa de segunda generación desarrollado para el tratamiento del NSCLC con ALK positivo. En comparación con el crizotinib, el ceritinib es 20 veces más potente para inhibir la ALK[15]. El alectinib es otro inhibidor altamente selectivo de la ALK para pacientes que presentan resistencia al tratamiento con crizotinib[16]. El alectinib obtuvo la aprobación acelerada de la FDA en diciembre de 2015. El desarrollo de inhibidores dirigidos a la tirosina quinasa a partir del crizotinib se está probando en varios tumores como el miofibroblasto inflamatorio[17], las metástasis cerebrales[18, 19], el carcinoma de células renales[20], el linfoma anaplásico de células grandes[21] y el tumor neuroepitelial[22]. Progresivamente, el desarrollo de nuevos inhibidores aumentará nuestras posibilidades de recibir un tratamiento específico contra el cáncer. 


Los largos años de investigación con el descubrimiento de mutaciones en la ALK produjeron avances significativos en el tratamiento del cáncer de pulmón avanzado. Sin embargo, estas mutaciones genéticas están presentes en muchas otras enfermedades. Afortunadamente, hemos progresado en el desarrollo de inhibidores de tirosina cinasa con actividad antitumoral, particularmente en el tratamiento del cáncer de pulmón. El estudio y la aplicación de estos inhibidores de la tirosina cinasa se están ampliando en el tratamiento de otras neoplasias malignas, con mayor especificidad contra la enfermedad y con menos efectos secundarios que la quimioterapia convencional, mejorando la recuperación y la calidad de vida de los pacientes. 

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Las inversiones en investigación básica son de gran importancia para comprender y desentrañar las complejidades del cáncer. Sólo con una comprensión profunda del cáncer es posible desarrollar nuevos enfoques para la prevención y el tratamiento de la enfermedad.

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Esta infografía ayuda a entender el desarrollo de la terapia dirigida al tratamiento del cáncer de pulmón. A partir de los conocimientos básicos sobre la ALK, fue posible avanzar en el desarrollo del crizotinib para el tratamiento del NSCLC. El progreso en la lucha contra el cáncer requiere inversiones a largo plazo e investigación científica básica para alcanzar la realidad terapéutica concreta.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer (NCI)

Referencias:

1. SW Morris, et al., Fusion of a kinase gene, ALK, to a nucleolar protein gene, NPM, in non-Hodgkin's linfoma. Ciencia, 1994. 263(5151): pág. 1281-1284.

2. Toshinori Iwahara, et al., Caracterización molecular de ALK, un receptor de tirosina quinasa expresado específicamente en el sistema nervioso. Oncogene, 1997. 14(4): pág. 439-449.

3. Bengt Hallberg y Ruth H. Palmer, Visión mecanicista de la tirosina quinasa del receptor ALK en la biología del cáncer humano. Nature Reviews Cancer, 2013. 13: pág. 685.

4. Jessica J. Lin, Gregory J. Riely y Alice T. Shaw, Targeting ALK: Precision Medicine Takes on Drug Resistance. Descubrimiento del cáncer, 2017. 7(2): pág. 137-155.

5. Charles S. Dela Cruz, Lynn T. Tanoue y Richard A. Matthay, Cáncer de pulmón: epidemiología, etiología y prevención. Clinics in Chest Medicine, 2011. 32(4): pág. 605-644.

6. Freddie Bray, et al., Estadísticas globales de cáncer 2018: estimaciones de GLOBOCAN de incidencia y mortalidad en todo el mundo para 36 tipos de cáncer en 185 países. CA: A Cancer Journal for Clinicians, 2018. 68(6): pág. 394-424.

7. Brandon Golding, et al., La función y el objetivo terapéutico de la quinasa del linfoma anaplásico (ALK) en el cáncer de pulmón de células no pequeñas (NSCLC). Cáncer molecular, 2018. 17(1): pág. 52.

8. Manabu Soda, et al., Identificación del gen de fusión transformante EML4-ALK en el cáncer de pulmón de células no pequeñas. Naturaleza, 2007. 448: pág. 561.

9. Anne S. Tsao, et al., Scientific Advances in Lung Cancer 2015. Journal of Thoracic Oncology, 2016. 11(5): pág. 613-638.

10. Helen Y. Zou, et al., An Orally Available Small-Molecule Inhibitor of c-Met, PF-2341066, exhibe eficacia antitumoral citorreductora a través de mecanismos antiproliferativos y antiangiogénicos. Investigación sobre el cáncer, 2007. 67(9): pág. 4408-4417.

11. Arvind Sahu, et al., Crizotinib: Una revisión exhaustiva. South Asian Journal of Cancer, 2013. 2(2): pág. 91-97.

12. Hiroyuki Yasuda, et al., Justificación preclínica para el uso del inhibidor de la tirosina quinasa de múltiples objetivos clínicamente disponible crizotinib en el cáncer de pulmón translocado por ROS1. Revista de oncología torácica, 2012. 7(7): pág. 1086-1090.

13. Eunice L. Kwak, et al., Inhibición de la quinasa del linfoma anaplásico en el cáncer de pulmón de células no pequeñas. New England Journal of Medicine, 2010. 363(18): pág. 1693-1703.

14. Alice T. Shaw, et al., Crizotinib en el cáncer de pulmón de células no pequeñas con reordenamiento de ROS1. New England Journal of Medicine, 2014. 371(21): pág. 1963-1971.

15. Luc Friboulet, et al., El inhibidor de ALK Ceritinib supera la resistencia a crizotinib en el cáncer de pulmón de células no pequeñas. Descubrimiento del cáncer, 2014. 4(6): pág. 662-673.

16. Kazutomo Kinoshita, et al., Diseño y síntesis de un inhibidor de la quinasa del linfoma anaplásico potente, activo por vía oral y altamente selectivo (CH5424802). Bioorgánico & Química Medicinal, 2012. 20(3): pág. 1271-1280.

17. Kazunori Honda, et al., Respuesta duradera al inhibidor de ALK alectinib en el tumor miofibroblástico inflamatorio de la cabeza y el cuello con una nueva fusión SQSTM1-ALK: informe de un caso. Nuevos fármacos en investigación, 2019. 37(4): pág. 791-795.

18. Zhiguo Zhang, et al., Inhibidores de la cinasa del linfoma anaplásico en pacientes con cáncer de pulmón de células no pequeñas con metástasis cerebrales: un metanálisis. Revista de enfermedades torácicas, 2019. 11(4): pág. 1397-1409.

19. Federica Franchino, Roberta Rudà y Riccardo Soffietti, Mecanismos y terapia para la metástasis del cáncer en el cerebro. Fronteras en Oncología, 2018. 8(161).

20. Sumanta K. Pal, et al., Responses to Alectinib in ALK-rearranged Papillary Renal Cell Carcinoma. Urología europea, 2018. 74(1): pág. 124-128.

21. Nina Prokoph, et al., Opciones de tratamiento para el linfoma anaplásico de células grandes (ALCL) pediátrico: estándar actual y más allá. Cánceres, 2018. 10(4): pág. 99

22. Alexandra Russo, et al., Regresión inducida por ceritinib de un tumor cerebral neuroepitelial impulsado por el factor de crecimiento similar a la insulina. Revista Internacional de Ciencias Moleculares, 2019. 20(17): p. 4267.

Este artículo se publicó en la revista Understanding Cancer, el 11 de septiembre de 2019.

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